La falsa pandemia del 2009: Influenza A (H1N1)
Por Andrés Zamora
Al margen de las especulaciones sobre
el COVID-19, creemos que es pertinente
hacer un ejercicio de memoria sobre los hechos comprobados en torno a la
anterior declaratoria de pandemia. Se trata de la llamada gripe porcina,
influenza A o virus A (H1N1), que tuvo su epicentro en México y los Estados
Unidos en 2009.
En aquel entonces, en medio de la
paranoia colectiva, una monja de origen catalán llamada Teresa Forcades,
desenmascaró la falsedad de la pandemia y evidenció los efectos que esa mentira
podría contraer1. Teresa, que además de teóloga es médica con estudios de posgrado en Salud Pública y especialidad
Medicina Interna, nos explicó dos irregularidades de gravedad que
rodearon al fenómeno de la supuesta pandemia
A (H1N1):
1.
Vacunas cargadas con virus letales.
Jane Burgermeister reportó que en febrero de 2009, cuatro meses
antes de que Organización Mundial de
la Salud (OMS) declarará establecida la pandemia, la casa farmacéutica Baxter envió lotes de vacunas a 4 países europeos para enfrentar la gripa estacional. Hasta ahí, nada raro.
La irregularidad, por llamarla de
alguna manera, sucedió hasta que un
técnico de laboratorio en la República
Checa decidió hacer una prueba extra de seguridad
a las vacunas. El técnico inyectó a los urones del laboratorio con las
vacunas de la casa Baxter, teniendo como resultado la muerte de todos ellos.
Gracias al trabajo de ese trabajador se logró emitir una alerta que detuvo la
distribución de aquellas vacunas en todo el mundo.
Después no enteramos que esos lotes de vacunas contenían de dos virus activados,
la gripa aviar (de alta letalidad pero baja morbilidad o capacidad de contagio)
y la gripa estacional (con baja letalidad pero alta morbilidad). Es decir, la recombinación
de ambos hubiese dado lugar a un virus que mata mucho y se contagia fácilmente.
2.
El cambio de definición de “pandemia”
que hizo la OMS
El virus A-H1N1 hizo su aparición mediática después del incidente de la casa Baxter. Cuando
la OMS hizo la declaratoria de pandemia, había 30 mil personas contagiadas en el mundo y 145 muertes2. Para
dar una idea de la respuesta tan desproporcionada de la OMS y de los medios de
comunicación, bastará tener en cuenta que
la gripa estacional (esa que todos hemos padecido año con año) mata
entre 40 y 220 mil personas anualmente.
Pero, si otras enfermedades comunes,
como la gripa estacional, demostraron ser más letales ¿Porque sólo se declaró como pandemia al virus A-H1N1? La
respuesta es simple. La OMS cambió su definición de pandemia
para poder catalogar de ésta manera el
brote del virus A-H1N1. Quitó de la definición original las tasas de mortalidad
que debe que tener un patógeno para ser declarado como pandemia. Con la nueva
definición, prácticamente cualquier enfermedad hubiese sido catalogada como
pandemia.
Fue así como todos los países del
mundo activaron sus protocolos de emergencia para una pandemia que no era tal.
No quiere decir esto que el virus A-H1N1 era ficticio. Lo que significa es que
se activaron mecanismos que no correspondían con su peligro real.
Consecuencias políticas de la declaratoria de pandemia
Las dos irregularidades mencionadas
nos abren algunas interrogantes justificada por la gravedad de los hechos ¿Será
que las vacunas contaminadas de la casa Baxter estaban destinadas a desatar la
pandemia que no existió? Y, como dichas vacunas fueron descubiertas ¿La OMS se
vio forzada a decretar la pandemia sin tener bases objetivas? Y, ya que estamos
en esto ¿Cuál era la necesidad de provocar/decretar una pandemia?
Las respuestas a esas preguntas no
las tenemos. Al menos, no tenemos forma de comprobarlas. Aunque lo sugerido por
Bill Gates, al proponer el exterminio del 15% de la población mundial para
reducir las amenazas que el
calentamiento global, dejan mucho a la imaginación3. Por cierto,
Bill Gates propuso el uso de comida transgénica y la vacunación masiva para
llevar a cabo tal genocidio.
Lo cierto es que la declaratoria de
pandemia abría la posibilidad de que, legalmente, la OMS pudiese dictar órdenes sanitarias a cumplir por todos los Estados-Nación. Una
de ellas fue la vacunación obligatoria contra el virus A (H1N1). Teresa
Forcades cita distintos trabajados académicos donde se denuncia que dichas
vacunas contenían potentes coadyuvantes, como el escualeno, relacionado con
daños en el sistema nervioso central. En el senado de Estados Unidos se
propusieron mecanismos coercitivos para hacer efectivas las órdenes de la OMS,
como imponer cuantiosas multas, el despido o la cárcel.
Incluso, los marcos legales fueron
modificados para otorgar inmunidad total para las farmaceuticas que fabricaron
la vacuna, en caso de daños a la salud o muertes. Todo esto estaba justificado
gracias al estado de emergencia derivado del decreto de pandemia. Afortunadamente,
la resistencia civil impidió la implementación de la vacunación obligatoria.
Aportes para ordenar el debate en torno a la pandemia del Covid-19
A la luz que arrojan los hechos de la
pandemia del virus A-H1N1, vale la pena repensar los efectos que tiene o que tendrá
la actual declaratoria de pandemia. Por ahora no pretendo debatir sobre el
origen del COVID-19. Su existencia es un hecho y sus capacidades como patógeno
están estudiadas4. Desde mi perspectiva, por ahora es
importante ordenar el debate en torno a
las consecuencias económicas, políticas
y sociales de la declaratoria de pandemia.
En la economía, como bien lo han explicado
lxs compañerxs de Alternativa Socialista Internacional5, desde hace
años viene en curso una crisis de proporciones enormes originada por el saqueo
neoliberal; crisis que el COVID-19 catalizó al paralizar la poderosa economía
de China. Para los millones de trabajadorxs desempleadxs que se están generando
¿Cuáles son los peligros materiales de esta crisis y cuáles son las
potencialidades revolucionarias para superarla? ¿Quiénes van a pagar los platos
rotos?
En lo político, es evidente que para
superar la crisis a su favor, las clases dominantes necesitan reordenar el
tablero para mantener sus privilegios frente al enojo de millones de
desempleadxs ¿Seguirán ensayando con medidas de ayuda social para aliviar el
descontento? o ¿Necesitarán mayores dosis de violencia y despojo para mantener
su tasa de ganancias? ¿El avance de las posiciones fascistas y de ultraderecha
está relacionado con esto último?
En lo social, fue palpable el pánico colectivo y la tensión psicológica
ante amenazas “desconocidas”. En algunos casos, detonó un ánimo de unidad y
solidaridad para enfrentar la amenaza. En otros, permeo lo que algunos
analistas llaman “conformismo social”6 que consiste en acatar sin
chistar lo que la autoridad indica, un disciplinamiento social presentado como
responsabilidad individual ¿Que le
estarán indicando estas respuestas a quienes diseñan mecanismos de control
psicológico de masas?
Debatamos si las medidas que se toman para detener el
contagio del COVID-19 responden al peligro real del virus al que nos
enfrentamos o, como ocurrió con la influenza A (H1N1), responden a otros factores.
Pensemos en las consecuencias económicas, políticas y sociales que esto
conlleva en medio de un re-acomodo del neoliberalismo a nivel global.
Referencias:
Referencias:
1 1. Campanadas
por la Gripe A. Teresa Forcades (2009)
https://timefortruth.es/2009/10/10/gracias-teresa/
https://timefortruth.es/2009/10/10/gracias-teresa/
2 2. Vaqué
Josep; Gil Julita; Brotons María. 2009. Principales características de la
pandemia por el nuevo virus influenza A (H1N1)Main features of the new
influenza virus a pandemic (H1N1). Medicina Clínica. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025775309012354
4 4. Entrevista
a Antonio Lazcano. Programa de divulgación de la ciencia.
https://www.youtube.com/watch?v=cL6Tno4Ilik
https://www.youtube.com/watch?v=cL6Tno4Ilik
5 5. Comité
Ejecutivo de Alternativa Socialista Internacional. 2020. La recesión del
coronavirus ha comenzado. https://alternativasocialista.org/la-recesion-del-coronavirus-ha-comenzado/?preview=true&_thumbnail_id=302La
6 6. Marcos
Roitman. 2020. Coronavirus, una pandemia muy oportuna. https://www.jornada.com.mx/2020/03/15/opinion/004a1pol?fbclid=IwAR2ubXDaQ3f3e7V7y0TAFTduVPL6LYhHqW2jlFl3GWptuvpsdHWYPsnLMVY
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