Concha Michel: ENTRE CORRIDOS, FEMINISMO Y REVOLUCIÓN
Por Tere Estrada*
Concha Michel
fue revolucionaria, comunista,
anticlerical y feminista, pero también compositora y etnomusicóloga, dramaturga
y ensayista. Nació en Villa de la Purificación, Jalisco, el 24 de mayo de 1895.
Sus padres eran rancheros y agricultores. Tuvo tres hermanos: María, Albina y
José Guadalupe. Su abuelo, un latifundista de origen francés, creó “Fábricas de
Francia” en Guadalajara y fundó el Convento de San Lorenzo de Loyola en Ejutla,
al suroeste de Jalisco, donde Concha recibió su educación formal. Inquieta y
rebelde desde niña, fue expulsada por organizar una fuga de novicias. Su nombre
verdadero era Asunción, pero se lo cambió porque no le gustaba (Hernández,
2013).
Su pasión por la música empezó a los nueve años de edad;
acompañada de una guitarra, participó en ferias y fiestas patronales. Más
grande estudió canto en Guadalajara, donde desarrolló su voz de contralto y
llegó a interpretar a Mozart, Scarlatti y Puccini (Fondo Documental del Archivo
Concha Michel, s/f). En Guadalajara, obtuvo una beca para el conservatorio del
D.F. Muy joven, a los quince años tiene a su primera hija, Yolia, quien muere
en un orfelinato, donde ella la dejó porque tenía que trabajar y era madre
soltera.
Ingresó al Partido Comunista (PC) en 1919, año en que fueron
asesinados Emiliano Zapata y Rosa Luxemburgo, fundadora del Partido Comunista
Alemán. “Pocas mujeres en el México de los años veinte se atrevían a formar
parte del Partido Comunista y mucho menos a declararse parte de él, pero para
Concepción Michel esto era sólo un motivo más para crear recelos y polémica a su
alrededor” (Cervantes, 2003).
Se casó con Pablo Rieder, un pintor e inventor
austriaco-alemán, veinte años mayor que ella, al cual abandonó porque no
soportaba el ambiente del matrimonio, y con él tuvo un hijo. Concha rompió con
el molde de las mujeres jóvenes de ese México posrevolucionario, a quienes se
les exigía pureza, pudor, recato y honestidad. Estuvieran llamadas o no al
matrimonio, su vocación única debía ser la abnegación y dedicarse a aquellos
que vivían en torno suyo: el padre, la madre, los hermanos, después al marido y
a los hijos (Muñiz, 2004: 164).
Aventurera, en busca de sus sueños, Concha cruzó la frontera
y entró de forma ilegal a Estados Unidos. En Nueva York permaneció cerca de un
año contratada por la Escuela de Ciencias Sociales (“Inolvidable…”, 2007). En
esta ciudad obtuvo muy buenos ingresos al cantar en el cumpleaños del
filántropo y magnate John D. Rockefeller (Cervantes, 2008).
Con estos recursos económicos logró viajar a la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1933 para conocer la vida de
mujeres comunistas como Alexandra Kollontái, la primera mujer en ocupar un
puesto de gobierno en una nación, y Clara Zetkin, promotora de la celebración
del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En la URSS
cantó en diversos centros obreros y recibió varios títulos honoríficos. Después
se presentó en 17 países europeos con su guitarra y la voz de su pequeño hijo
(Hernández, 2013).
De vuelta en México, Concha Michel invadió la Hacienda de
Santa Bárbara del ex presidente Calles, acompañada de 250 mujeres armadas de
niños, con objeto de confiscarla y fundar ahí un centro de estudios para la
mujer (Hernández, 2013). Fue una promotora de los derechos de la mujer trabajadora.
Después de sus viajes internacionales, veía con otros ojos a
su México querido, y tenía nuevas ideas sobre la igualdad femenina, quizá
demasiado avanzadas para las mujeres de su generación, que aún no alcanzaban el
derecho al voto. En 1934, en un folleto titulado Marxistas y “marxistas”,
mostró sus diferencias con el Partido Comunista, al que abandonó
definitivamente.
Según ella, los dirigentes traicionaron la Revolución, al no
tomar en cuenta a la mujer como ser igual […] Escribe en Marxistas y
“marxistas” para explicar su “actual desconexión” del Partido: “no porque no
esté de acuerdo con su programa en el aspecto económico que orientan Marx,
Engels, sino porque no hay todavía en este movimiento una línea precisa que
abarque debidamente el problema femenil, y este es el lado débil del movimiento
comunista inclusive en la U.R.S.S.” (Miller, 1984: 23).
Aun siendo compañera de vida de Hernán Laborde, secretario
general y primer diputado del Partido Comunista Mexicano, fue cortejada por
muchos de los miembros del Partido, que no la respetaban ni por ser la
compañera del secretario general. Concha se atrevió a criticar las actitudes
machistas y la misoginia de la izquierda mexicana (Gargallo, 2008).
Durante esa época, la activista y periodista Juana Belén y
Concha Michel redactaron y publicaron un opúsculo, titulado La república
femenina:
En él proponían que la
liberación femenina debía sustentarse en la propia naturaleza de las mujeres,
es decir en su capacidad de creación, y no en la imitación de las actividades
masculinas. Algunas de sus ideas se adelantaron 40 años a las corrientes más
críticas del Feminismo de la Diferencia, planteando la necesidad de una
liberación de las mujeres de los modelos masculinos, más allá de la
emancipación y la consecución de una igualdad legal (Gargallo, 2008).
Sin duda, la labor de Concha Michel es importante en la
historia del feminismo latinoamericano. Fue una visionaria, fiel a sus ideas.
La compositora recorrió el país cantando corridos
revolucionarios anticlericales, y fue en esta etapa cuando la Secretaría de
Educación Pública la contrató para recoger ejemplos de música folclórica.
Registró sones, corridos, canciones, alabados, algunos en las lenguas de los
pueblos originarios, y llegó a contar con siete mil piezas (Hernández, 2013).
“Esta impetuosa y valiente mujer con su hijo a cuestas, se lanza a la aventura
de recorrer una gran parte del territorio del país como una soldadera, sólo que
en lugar de fusil lleva una guitarra y en vez de cartucheras un cuaderno
pautado” (Hernández, 2013).
Fruto de esta ardua investigación, en 1938 apareció el libro
Corridos revolucionarios y, en 1951, Cantos indígenas de México.
Desafortunadamente hay mucho material que permanece inédito en archivos
familiares o institucionales y otra parte se ha perdido.
Se incorporó como miembro activo del movimiento artístico que
emergió tras la Revolución Mexicana, con un gran interés por la música popular,
y comprometida en su rescate. En ese tiempo, como afirma Elena Poniatowska:
México después de la
Revolución fue muy creativo con José Vasconcelos, con la educación, con llevar
los clásicos al campo, con el surgimiento de un país nuevo, con la
reivindicación del color moreno, de los indígenas, el decir que nosotros
valíamos igual que cualquiera en el mundo, la raza de bronce, una raza más
inteligente y más creativa, y en realidad parecía que eso iba a ser (“TV y
noticiarios…”, 2015).
Fue integrante de la Liga de Escritores y Artistas
Revolucionarios, la LEAR, surgida a raíz de la campaña presidencial de Lázaro
Cárdenas. Por medio del trabajo en equipo, los miembros de la LEAR, muchos de
ellos miembros del Partido Comunista, organizaron congresos, mesas redondas, conferencias
ilustradas, obras de teatro, conciertos y talleres para obreros (“El Taller de
Gráfica Popular”, s/f). Algunos de los miembros eran Leopoldo Méndez, Silvestre
Revueltas, Juan de la Cabada, entre otros. Y algunas de las mujeres
participantes de esta liga fueron la pintora María Izquierdo y la activista
Amelia Vázquez Gómez.
La cantautora es considerada una de las creadoras de la
literatura oral de la revolución mexicana y de las primeras artistas de
protesta –afiliadas al cardenismo–, lo que la llevó a cantar en un sinnúmero de
rancherías y a recorrer todos los estados de la república. Fue creadora del
Instituto del Folklor en Michoacán y una de las primeras folcloristas,
recopiladora y divulgadora de la tradición del pueblo mexicano (López, 2001)
(Camacho, 2012).
Michel escribió corridos desde su adolescencia y dejó un
legado de alrededor de 40, donde habla de los héroes anónimos de la Revolución
Mexicana. Su postura ideológica de izquierda es patente en sus letras. Muchas
de sus letras no sobrevivieron, pero el historiador Vicente T. Mendoza menciona
en uno de sus estudios, dos canciones compuestas e interpretadas por Concha
Michel: “La Güera Chabela” y “La delgadina”. Aquí un fragmento de “Lo que digo
lo sostengo”, donde vemos que no han cambiado mucho las cosas en cien años:
¡Qué
desgraciados serán
esos que entran al Gobierno
nomás a robar dinero
que tanto le cuesta al pueblo!
esos que entran al Gobierno
nomás a robar dinero
que tanto le cuesta al pueblo!
Otra de las composiciones sobresalientes de Concha Michel es
la música para la letra del corrido de Gutiérrez Cruz “Sol redondo y colorado”,
que se convirtió por un tiempo en el himno del Partido Comunista Mexicano:
Sol que tú eres
tan parejo
para repartir tu luz,
habías de enseñarle al amo
a hacer lo mismo que tú
para repartir tu luz,
habías de enseñarle al amo
a hacer lo mismo que tú
Fue amiga de Tina Modotti y Lupe Marín, de Frida Kahlo y de
la primera muralista mexicana, Aurora Reyes. Frida, Concha y Aurora fueron
integrantes de la Tribuna de México, sala de discusión en la que un grupo de
intelectuales debatían sus ideas sobre política y lucha social. Las tres
pertenecieron al Partido Comunista de México. Una triada hecha en México,
siempre orgullosa de sus raíces. La imagen de su amistad quedó plasmada en
varios cuadros de la obra de Aurora, en especial en el óleo Concha, Aurora y
Frida, pintado en 1949, en donde se representa a Frida Kahlo con una silueta de
catrina que protege con su manto a Concha Michel, modelada en barro como una
artesanía con la forma de una sirena que carga su inseparable guitarra, y a
Aurora con el cuerpo de una muñeca de cartón (“Concha, Aurora…”, s/f).
En su libro La dramaturgia femenina y el corrido mexicano, la
dramaturga Olga Martha Peña Doria nos dice sobre Concha Michel:
Con la utilización de la música, las autoras recurren a corridos, que
son una forma popular de expresar a través de la música y del canto los
aconteceres del pueblo mexicano; y que permiten que la imaginería popular
visualice crónicas con escenas teatrales mientras se narran eventos vividos por
algún personaje o suceso de importancia acaecidos en la comunidad (citado por
Albores, 2011).
Concha Michel publicó varios libros en los que explicó su
visión –que compartía con algunos pueblos nativos de México– acerca de una
dualidad que es el principio de nuestra condición humana. En su libro
Dios-Principio es la pareja, escribió:
Hacia la pareja voy
pues de la pareja vengo;
mi Patria es el Universo,
mi Matria el amor eterno.
Jerarquía de jerarquías
es el origen supremo;
fuente de luz y energía
es el Principio del Tiempo
pues de la pareja vengo;
mi Patria es el Universo,
mi Matria el amor eterno.
Jerarquía de jerarquías
es el origen supremo;
fuente de luz y energía
es el Principio del Tiempo
El concepto de un dios dual, andrógino, hermafrodita es
importante en la ideología de Michel. Intentó formular un contramito desde el
matriarcado, y reescribió los 10 Mandamientos atribuyéndolos a la Madre de
Moisés (Miller, 1984).
En el poema “Dios, nuestra señora”,
refirió:
Mujer, Madre
del Hombre.
Humillada hasta lo más profundo de tu ser.
Para el fraile eres la imagen del pecado;
para el político, instrumento de placer;
para el artista, quizás un tema estético
y para el sabio,
un «caso» que no ha podido resolver
(“Inolvidable Concha Michel”, 2007).
Humillada hasta lo más profundo de tu ser.
Para el fraile eres la imagen del pecado;
para el político, instrumento de placer;
para el artista, quizás un tema estético
y para el sabio,
un «caso» que no ha podido resolver
(“Inolvidable Concha Michel”, 2007).
Escribió los libros: Una colección de obras para teatro
(1936), Dos antagonismos fundamentales (1938), Una colección de cantos
revolucionarios (1938), Otra colección de obras de teatro para la mujer (1942),
Amor en las sombras (1944, novela), Cantos indígenas de México (1951), Dios
Nuestra Señora (1966), y Dios-Principio es la pareja (1974).
A principio de los años ochenta, Concha Michel, junto a otras
ocho mujeres, entre las que se encontraban Aurora Reyes, Natalia Moguel y
Antonieta Rascón, firmó un documento denominado “La Dualidad”, cuya propuesta
consistía en un programa de acción mundial para que mujeres y hombres se
incorporaran a una permanente lucha ideológica y afirmativa contra el
autoritarismo patriarcal (Cervantes, 2008). “La mujer actual está a tal grado
nulificada, que antes de obtener su participación ideológica en las
organizaciones que existen, deberá desarrollarse hasta alcanzar su calidad
humana, mencionan las conclusiones del documento” (Cervantes, 2008).
Concha Michel muere el 27 de diciembre de 1990 en Morelia
Michoacán. Sus baluartes fueron la igualdad de la mujer y el rescate y difusión
de la música popular. Su obra merece ser reconocida y difundida como artista y
feminista por las nuevas generaciones.
*Nota: Tomamos el texto de Tere para reproducirlo íntegramente en este espacio,
ya que pensamos que el trabajo, el pensamiento y la obra de Concha Michel debe
ser ampliamente difundida. Concha es una antecesora que debemos recuperar
quienes nos asumimos comunistas y feministas. El texto fue publicado anteriormente en la página web
Tere Estrada es compositora,
cantante y guitarrista. Socióloga egresada de la UNAM. Autora del libro Sirenas
al ataque. Historia de las mujeres rockeras mexicanas (1956-2006).
Referencias:
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514-hablemos-de-concha-michel-historia-de-genero> [fecha de consulta: 30 de
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Historia: Concha Michel. En: CN cimacnoticias, 23 de septiembre
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de consulta: 30 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
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-GARGALLO, F. (2008). Las
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se estudia [mensaje en un blog]: [fecha
de consulta: 30 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
-HERNÁNDEZ, E. (2013). Concha
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“Historia de Género y de las Mujeres en México” [video]: [fecha
de consulta: 27 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
-INOLVIDABLE Concha Michel.
En: Cambio de Michoacán, 30 de diciembre de 2007 [en línea]: [fecha
de consulta: 30 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
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(comps.) (1996). Cancionero popular mexicano. México: Conaculta.
-MILLER, B. (1984). Concha
Michel: revolucionaria mexicana. En: La Palabra y el Hombre, núm.
50 (abril-junio), pp. 21-25 [en línea]: [fecha
de consulta: 27 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
-MUÑIZ, E. (2004). Los jóvenes
elegidos. México en la década de los veinte. En: José Antonio Pérez Islas y
Maritza Urteaga Castro-Pozo (coords.), Historia de los jóvenes en
México. Su presencia en el siglo XX. México: Secretaría de Educación
Pública / Instituto Mexicano de la Juventud / Archivo General de la Nación.
TV y noticiarios, enemigos del
periodismo y la lectura: Poniatowska (2015). En Newsweek en español,
entrevista de Joel Aguirre, 22 de noviembre [en línea]: [fecha
de consulta: 30 de septiembre de 2016]. Ir al sitio
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