La confrontación México-Estados Unidos: la oportunidad histórica de AMLO
La ocupación militar
estadounidense entre 1846-48 es una herida que llega hasta el hueso del cuerpo
nacional. Esto es así no sólo por las vejaciones que los invasores cometieron
contra la población civil que se resistía, con métodos brutales que 100 años después
serían utilizados por los nazis para pacificar las ciudades europeas invadidas1.
Tampoco por la pérdida del 55% de nuestro territorio. La herida es profunda,
también, por que engendró en el pueblo un sentimiento de humillación y
sometimiento ante Estados Unidos que sigue latente hasta el día de hoy2.
Desde entonces, todos los proyectos de
nación que se han impulsado en México tienen que contemplar el peso del imperio;
la ocupación sigue latente.
Recordar aquellos episodios de
nuestra historia viene en sintonía de hacer una apreciación de la reciente
confrontación entre la 4T y el demencial gobierno estadounidense. Como todas y
todos saben, en un acto caprichoso y sin precedentes, Donald Trump amenazó al
gobierno mexicano con incrementos arancelarios si no detenía el flujo
migratorio de centroamericanos hacia Estados Unidos. Las amenazas de Trump
cumplen una función táctica que consiste en reanimar la xenofobia y el racismo
de la base social que le dio la presidencia3, de cara a las
elecciones de noviembre de 2020. Sin embargo, el pueblo mexicano resintió las
amenazas de forma íntima. Este hecho, en parte, obligó la intervención de
Andrés Manuel López Obrador en el caso, quien se había mantenido cauteloso de
las provocaciones lanzadas por su homólogo estadounidense.
La respuesta de Andrés Manuel
López Obrador en su carta del 30 de mayo4 fue ejemplar, mostrando
empatía con las crisis sociales que detonan las olas migratorias de nuestros
hermanos centroamericanos y la voluntad de mantener una relación de paz con sus
países, bajo el supuesto de reivindicar a los grandes dirigentes nacionales que
han defendido la autonomía del país. Antes de redactar la carta, ya había
propuesto reorientar los recursos del Plan Mérida5 (etiquetados para
apoyo militar estadounidense en tierra mexicana) hacia la generación de empleos
y proyectos productivos en Centroamérica. Incluso, devolviendo la amenaza a
Donald Trump, planteó responder con incremento arancelario a productos
estadounidenses6. Finalmente, todo ello se quedó en un mero discurso
de simulación; las acciones del gobierno mexicano resultaron desalentadoras.
AMLO envió al canciller Marcelo
Ebrard a negociar una solución que no implicara una guerra económica, a pesar
de que Trump ya la desató con China y Rusia, en quienes México podría tener
buenos aliados. El incremento arancelario se desactivó. Sin embargo lo que
México tuvo que ceder no fue poca cosa: enviar a 6 mil elementos de la Guardia
Nacional a la frontera sur para contener a quienes migran, así como recibir y
hacerse cargo en territorio mexicano de los miles de centroamericanos que
llegaron al norte pidiendo asilo, hasta que su proceso legal culmine. Esto
último bajo la amenaza de que si no hay una reducción del flujo migratorio en
los próximos 45 días, la exigencia será convertir a México en “tercer país
seguro”7. Es decir, México tendría que refugiar a todos aquellos
migrantes que EEUU rechace. Sin duda,
nos hemos convertimos en el muro que prometió Donald Trump y también en su
patrulla fronteriza.
Los resultados de las
negociaciones fueron reivindicados por ambos gobiernos como un triunfo. En el
caso mexicano, la victoria se anunció en un extraño mitin en Tijuana que,
además de reunir a personajes contradictorios, tenía el tono de una ceremonia
religiosa8. Sin duda, hay muchos elementos que permiten prever que
el gobierno mexicano terminará cediendo a los caprichos de Trump y
subordinándose a su mandato. Una guerra económica con Estados Unidos pudo haber
desatado toda clase de demonios: bloqueos económicos, carencia, insatisfacción
popular y la emergencia de la ultraderecha capitalizando el descontento. Ese
escenario hubiera hecho tambalear a la recién nacida 4T y toda posibilidad de
avance social. Era una posibilidad que no se podía tomar a la ligera9.
Sin embargo, aún con todos los demonios esperando salir, la decisión nos parece
injusta, indigna e injustificable.
Injustificable, porque legalmente
era imposible que Trump decidiera unilateralmente un ataque a un socio como
México. Esa acción violentaría los tratados comerciales de los que
desgraciadamente formamos parte, pero también transgrede las leyes de Estados
Unidos, pues es una decisión que sólo puede tomar el Congreso10.
Injusta, porque los éxodos migratorios son resultado de verdaderas crisis
económicas y políticas que Estados Unidos ha provocado en todo Centroamérica,
con múltiples intervenciones militares, conspiraciones, golpes de Estado e
imposiciones de planes económicos.
Indigna, porque representaba una
ventana de oportunidad para marcar, de una vez por todas, una oposición frontal
al imperio, restándole poder a EEUU en el mapa geopolítico mundial y sumando a
nuestro país autonomía. México podría haber comenzado a estrechar lazos comerciales
con Latinoamérica, China, Rusia e incluso Irán, para solventar la
desestabilización económica que vendría. Se trataba de un chantaje cínico que
un país de la talla de México, con un gobierno digno, que en verdad quisiera
reivindicar a los grandes dirigentes históricos nacionales, no hubiese estado
dispuesto a permitir. En esa perspectiva, el Estado-Nación de México da la
espalda a los hermanos centroamericanos y, en una extraña ampliación
territorial, se nos convierte en la frontera sur de Estados Unidos.
Esto no quiere decir que una
salida así fuese la voluntad de AMLO o del resto de la administración de la 4T.
El gobierno mexicano fue puesto contra las cuerdas por un contrincante
asimétricamente poderoso. Decidió ceder en lugar de pelear, emitiendo un
mensaje de sumisión. Obligado a cumplir el vergonzoso papel del dominado que
agrede a sus semejantes por orden del poderoso. La única salida digna, a pesar
de todas las amenazas, era ponerse del lado de los pueblos centroamericanos.
Ese era el gesto que esperábamos. Sobre todo si consideramos otra posibilidad:
la unidad del pueblo de México para resistir el embate imperial, como ha
sucedido históricamente desde la guerra con Estados Unidos en 1846-48. Apelar
al ancestral impulso antiimperialista que recorre nuestra memoria y hierve en
nuestra sangre, para resistir las amenazas.
La herida de la que hablamos al
inicio ha tratado de cerrarse por las y los mejores hijos que México ha dado,
desde los liberales de la generación del 1857-67, con Benito Juárez a la
cabeza, hasta la venganza de Pancho Villa con Columbus. Desde entonces un
profundo sentimiento anti-imperialista que se reproduce en nuestro pueblo busca suturar la humillación y el sometimiento. AMLO
perdió una oportunidad de corresponder a ese linaje histórico del pueblo
mexicano.
Juventudes por la Liberación Nacional
Junio 18, 2019
1- Gilberto Lopez y Rivas. 2017. A 170 años de la ocupación
militar estadunidense de la ciudad de México:
https://www.jornada.com.mx/2017/09/08/opinion/018a1pol?fbclid=IwAR1f4mK4zy_06h-wHQRtvdpmEJMVm0qlDbtSqTp-cWlXMg2Tg2nQyiKrNow#
2- Quien se sienta ofendido por esa aseveración, debería
voltear a ver a quienes rechazan su raíz indígenas y prefieren mirarse en el
espejo del american way of life.
3- Programa Perspectivas: La guerra de Trump y las políticas
migratorias de AMLO. RompevientoTV:
https://www.youtube.com/watch?v=GNwUpag5zMc
4-Carta de AMLO a Donald Trump:
https://www.telesurtv.net/news/mexico-presidente-lopez-obrador-carta-respuesta-trump-migracion-20190530-0048.html
5- AMLO pide reorientar fondos militares de Iniciativa
Mérida:
https://aristeguinoticias.com/0705/multimedia/amlo-pide-reorientar-fondos-militares-de-iniciativa-merida-descarta-su-uso-en-guardia-nacional-enterate/
6- Evalúa el gobierno mexicano imponer aranceles a productos
de EU:
https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/06/05/contempla-el-gobierno-mexicano-imponer-aranceles-a-productos-de-eu-321.html
7. Tal como Libia y Turquía, donde mantienen en campos de
concentración a los migrantes sirios y africanos que buscan llegar a Europa.
Dicho sea de paso, la Unión Europea destina 6 mil millones de euros a esos
países como contraprestación económica. México no recibiría nada por parte de
Estados Unidos.
8. Luis Hernandez Navarro. 2019. Con Dios de nuestro lado.
https://www.jornada.com.mx/2019/06/11/opinion/014a2pol
9. Fuimos testigos del caso griego con Syriza, como un
gobierno de izquierda termina sometiéndose a los designios de las potencias
europeas para evitar un escenario de guerra civil.
10. John Ackerman. 2019. Las amenazas vacías de Trump.
https://www.jornada.com.mx/2019/06/03/opinion/016a1pol
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